Volver a los Municipios Escuela para el III Encuentro de Intercambio de Experiencias me pareció al principio una repetición de lo que habíamos hecho con CEPAD ya hace unos meses: nada más alejado de la realidad. Nuestro retorno a La Guardia y San Ignacio de Velasco fue una historia diferente a la anterior que, con el espíritu de camaradería que se formó en el grupo desde los primeros kilómetros, hizo de ésta una semana especial. Esta vez había aún mayor diversidad con 7 de 9 departamentos representados tanto del área urbana como rural.
La Guardia nos sorprendió desde el primer día, cuando el Alcalde "Chichino" Morales, se subió al bus y, sin dejarnos bajar de él, nos llevó como guía de un tour por el centro de su ciudad. Impactó de entrada al cordialidad. El segundo impacto fue visitar las obras del coliseo, cuya foto ustedes ven abajo. Tras dos días de compartir con la gente que trabaja en las direcciones técnicas la alcaldía, con quienes tienen emprendimientos privados en el municipio, con los vecinos y con todo quien se encontrara uno en la calle, uno se da cuenta no es que se hayan aprendido el guión de una farsa... de verdad existe un cambio de actitud y una cultura de la solución, opuesta a la cultura de la justificación. Me recordó al cuento de empuje la vaca... pero eso será parte de otro post.
Con el grupo cohesionado, ahora ávido de compartir y altamente estimulado por lo visto en La Guardia, partimos hacia la chiquitania para ver lo mismo pero en "otro mundo", es decir, en otro contexto. Pasamos por la tranquilidad de San Xavier, por la imponencia de Concepción y llegamos el jueves a San Ignacio de Velasco, la metrópolis chiquitana. Nos esperaban el Coro y la Orquesta de San Ignacio con un show que nos ablandó el alma y que casi me llevó a las lágrimas al escuchar varios temas del folklore regional adaptado para ese formato musical. No se imaginan lo que es Niña Camba...
Siguiendo nuestro programa, al día siguiente nos paseamos de arriba a abajo con el Alcalde Erwin Méndez, que se tomó el día de acompañarnos a ver diferentes proyectos productivos, iniciativa del Gobierno Municipal, en ganadería, agricultura, apicultura, artesanía, textiles, etc, y a ver los esfuerzos para cubrir de la mejor manera los servicios en un municipio que supera en tamaño a varios países. La acogida de los comunarios fue increíble. Fiesta, baile, comida y mucha convesación... dialogar es lo más importante ahí. Visitamos las comunidades de Santa Anita de la Frontera y Espíritu de la Frontera, a pocos kilómetros del límite con Brasil. Vimos lo real y en su contexto. Como ven abajo, me robé la imagen de Bertha Acarapi, Honorable Concejala de El Alto, conversando mujeres de la comunidad de Santa Anita mientras paseábamos por los cafetales.
Finalmente, para no hacerlo largo, visitamos Santa Ana, una perlita a la que le dedicaré un post entero en otro momento, San Rafael con sus calles tranquilas y su iglesia imponente, y San Miguel, un municipio indígena donde la emotividad nos desbordó a todos haciéndonos escuchar arengas en castellano, chiquitano, aymara y quechua. Sin duda algo extraordinario. Es así que se construye país. Con el diálogo, con la crítica constructiva, con la humildad para aprender y con la humildad para enseñar, conociéndonos, riéndonos, escuchándonos en nuestros idiomas y por supuesto aprendiéndonos con franqueza. Esta semana he aprendido más sobre la diversidad de mi país, he hecho amigos que hablan otros idiomas, que tienen constumbres diferentes y sin embargo, he logrado crear puentes y vículos que, estoy seguro, durarán muchísimo más de lo que duró esta experiencia. Salud por mis amigos de todo Bolivia y por que vos, que leés esto, podás tener el privilegio de conocer gente como la que yo conocí esta semana en los Municipios Escuela.


Una semana clavada y ustedes se preguntarán qué pasó seguramente. Todos se habían quedado con el cuento de Sucre y Potosí y de los Foros de Desarrollo Local, pero la cuestión es que tras el inesperado hurto de mi laptop en Potosí he estado bastante complicado y no he tenido ni el tiempo ni las ganas de postear.