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¿Quién no querría ser Batman? Encarar al fascinantemente caótico Guasón, al macabro Pingüino, al poliédrico Acertijo o andar a revolcones con la über-sexi Gatúbela... sobre todo si es Michelle Pfeiffer. El personaje, que juega con la locura de la doble identidad, la redención del superhéroe y que encima está podrido en plata, logró fascinar a más de tres generaciones y no dudo que lo seguirá haciendo pues es la expresión mas radical de los deseos (oscuros y luminosos) del hombre moderno del Siglo XX... y ¿por qué no? del Siglo XXI.
¡Larga vida al gran mueciélago!
4 comentarios:
Me urge ver tan comentada y remunerada peli.
Y si, quisiera disponer de los beneficios de ser un Batman, de vez en cuando.
Salud-os !
qué viva el Hombre Murciélago!
ta buena la película también..
¡Salud!
¡Salud por el hombre murciégalo!
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