... en el norte amazónico [Cobija]

Les debía este post. Hace una semana retorné de Cobija, Departamento de Pando. El norte amazónico que se halla hoy en un tren bala de desarrollo. Los hidrocarburos han logrado un crecimiento acelerado en la región. Algo que ustedes ni se imaginan. Quizás el crecimiento será hasta más dramático que el que vivió Santa Cruz de la Sierra a finales de los 70s.
En fin... la amazonia es otra cosa. A pesar de estar muy familiarizado con ella por mi lado brasileño, no dejé de maravillarme por ciertos atardeceres, ciertas lluvias, por ese verde tupido que se ve desde cualquier loma y, claro, del calor sofocante, propio del lugar. El norte es increíble.
Depsués de varios días de trabajo alocado era reconfortante volver a botarse en la hamaca y saborear esas noches calientes con alguito de viento y, por supuesto, buena conversa sobre política, negocios, literatura, alguno que otro chisme, viajes, viejas, en fin... de lo que sea. Hacía 10 años que no veía a parte de la familia pandina, 10 años que no veía a esta ciudad hoy irreconocible. Me actualicé, corroboré que los prejuicios citadinos de que allá no hay nada son todos mentira y sin duda me enriquecí al encontrar otra formas de ser boliviano. Tan legítima como la manera del aymara, la del chiquitano o como la del mojeño.
Estuve a punto de ir a Xapurí, al otro lado de la frontera, a conocer ciertos edificios que solían ser nuestros y sobre todo para conocer el lugar donde nació y vivió un tipo que para mí es todavía un semi-desconocido: Chico Mendes. No llegué... será en otra.
Los días y las noches en Cobija pasan lentos hasta que llega el viernes por la noche. Los viernes iraquíes en Lennon, la única discoteca de toda el área, son una bomba. Todos se mezclan. Todos pueden entrar sin importar el estrato social, la preferencia sexual, la edad, el trabajo ni la nacionalidad. Es altamente recomendable. Uno de los boliches más democráticos del país. (¡Aprendé equipetrol!)
El norte amazónico y su capital, la Perla del Acre, constituyen nuevos horizontes de esta Bolivia desconocida para muchos miopes, que debe ser descubierta a toda costa. Atrévanse a conocer este país tan variado como las personas que lo habitan. Más que una invitación es un desafío. Ahí se los dejo.
Mientras les escribo, alisto maletas para otro viaje (sí, aún no se acaba esto). Les escribiré la próxima vez desde el extremo sur del país.

las fotos son el Río Tahuamanu, el Mercado de Cobija y el árbol de la castaña