lunes, 14 de abril de 2008

la belleza de mi tierra 2.0

Hace un tiempo escribí sobre Merceditas. Hoy escribo sobre Marcelo.

Terminábamos de escuchar a la Orquesta de Cámara de San Ignacio de Velasco en la catedral de la ciudad y nos aprestábamos a salir. Nos interceptó el anfitrión. Si es que tienen tiempo, me gustaría que pudieran escuchar al joven que va a tocar. Le están haciendo un documental. Es uno se los mejores violinistas de esta zona. Intrigados accedimos y nos volvimos a sentar.
El muchacho dubitativo caminó toscamente hacia adelante y habló casi sin sintáxis. Y bueno... pensé yo. Pero lo que me impactó no estuvo en el cómo lo dijo. Este violín tiene más de 200 años. Él sabe más que yo. Yo sólo trato de domarlo. A mí la música se me viene a la cabeza. No sé cómo. Pero empiezo a imaginarme los sonidos, los colores -porque la música tiene color ¿sabían?- y así está ahí en mi cabeza y es lo que voy a tocar ahora.
Reconocí en sus palabras una pasión y una comunión tan fuerte con la ejecución de su instrumento que me rendí fascinado a las notas que éste muchacho escupía desde su instrumento de madera -que luego descubrí él mismo había restaurado-. La pasión y la calidez con la que tocaba eran verdaderamente notables.
Al final me acerqué y le pregunté si iba a participar del Festival de Música Barroca y Renascentista, que está a la vuelta de la esquina, y me contestó que estrenaría una de sus obras acompañado por una orquesta para la cual él ya estaba diseñando los arreglos musicales. Este cojudo es un genio, pensé y creo que no me equivoco.
Esa noche medité sobre el talento, sobre la música, el arte, la creatividad, las oportunidades, la humildad y la arrogancia, la pobreza y claro sobre los sueños que tenemos. No importa que no hagás música clásica, me dijo, la música es un idioma ¿sabías? y es algo que todos lo pueden entender. Más allá del estilo.
Marcelo Zeballos, de 23 años, chiquitano originario de San Rafael de Velasco, me pegó el sacudón creativo más poderoso de los últimos años. Espero cruzarme en su camino en más oportunidades. Es un orgullo para todos nosotros.
foto: el artista en su arte

8 comentarios:

CUCHITA dijo...

Se me pararon los pelos con el relato ojala pueda visitar san ignacio cuando vaya para alla
saludos

Carlos Raúl Arancibia Gutiérrez dijo...

wow!!!, compaye que increible, pero bueno rescato, puede que no todos sean artistas pero compaye el talento puede estar en cualquiera, seria interesante conocerlo al men, abrazos compañero

ERICK dijo...

No hace falta escucharlo para imaginar la música que le nace de las manos.
Un ejemplo y una muestra de la riqueza humana y cultural que existe en nuestras tierras

San Ignacio un lugar que no debe faltar en los planes de ningún turista sea Boliviano o extranjero

Vania B. dijo...

Qué lindo es leer sobre gente tan alucinante. Uno no sabe dónde puede encontrárselos.

Un abrazo, P.Ch.

Marco dijo...

las cosas que se encuentran por los caminos...

Natalia dijo...

Y hasta con su aparente sencillez suena a genio. "La música es un idioma"... verdaderamente inspirador.

Lo más simple nos abre los ojos a lo más complejo, eso hizo él hablando de lo que sabía aunque fuese poco.

Suerte! =)

Anónimo dijo...

¡Qué buena fotografía verbal que armaste!

Desde ya me anoto para escucharlo durante el FEstival.

Un abrazo, querido cronista.

RONALDO dijo...

- Cuchita, San Ignacio y Santa Ana son parada obligatoria. Altamente recomendables.
- Querido Chuqui, sin duda él sí tiene talento ¿Podrá explotarlo al máximo?
- Erick, sí... tengo algo grabado de la cámara, pero no me animé a ponerlo para que no critiquen mi pulso. Ja Ja Ja. Veré de editarlo.
- Vanita, uno los pilla por todas partes. Aunque en este caso, él nos pilló a nosotros.
- Marco, sí... hay que seguir caminando pa' encontrar más.
- Nata, sí. Con pocas palabras dijo hartísimo. Nosotros a veces con miles no decimos nada.
- Toborochi, estoy haciendo las averiguaciones de cuando tocará. Te mantendré al tanto.