mi cabeza está en Virginia

1ra reacción: los gringos están todos locos. 2da reacción: en Virginia hay mucho boliviano ¿será que hay algún muerto de Bolivia? 3ra reacción: ¡mierda! esto es más trágico que Columbine... ¿será que Michael Moore va a rodar una saga? 4ta reacción: bueno viejo, tomate las cosas un poco más en serio... esto es feo.

Tardó pero llegó. La hora de la reflexión post-tragedia (y post-humor negro) llegó. Ésta es una prueba más de que la posesión de armas no nos vuelve una sociedad más segura. Las armas disparan y matan a ricos y a pobres, a viejos y a jóvenes. No discriminan. Al final seguramente la policía solucionó el problema con un arma... sí ¿pero quién nos devuelve las vidas de las 33 personas que se cargó el asesino? El lema debe ser: Desarma o sangra (con el permiso del Charly)

Muchos seguirán la pista equivocada y seguirán encerrándose en sus cascarones. El exterior es peligroso, dirán. Sólo en el ámbito privado se sentirán a gusto y a salvo. Seguiremos escuchando la comiquísima frase: Get off my propriety or I'll blow your brains out boy! , que nada tiene de cómico cuando se la reflexiona. De ahí vendrá la vida del barrio cerrado, de colegio particular, de club exclusivo, de taxi de confianza, de alejarnos del otro que no conocemos y que seguramente nos hará daño. El enemigo no es sólo externo: todos son el enemigo. Watch your back! Consume, consume y consume. Teme y consume. Primero dispara, luego pregunta.

¿Cómo revertís esta mentalidad? Ante un incidente como éste ¿con qué cara le decís a la gente que salga a la calle a caminar porque nada les va a pasar? ¡Qué situación! ¿Qué hacemos los que amamos el espacio público? ¿Hay algún animal de ciudad en extinción por ahí? Hoy tengo miedo de ir a caminar sólo.

foto: Associated Press (AP), extraída digitalmente de El País