Partimos hacia el este, un poco atrasados, para llegar cerca del mediodía a Zudáñez. Nuestro acompañante y contertulio durante las 2 horas de viaje fue el Dr. Silverio Cuéllar, Alcalde de ese municipio. Pasamos por Yotala, Yamparáez y por la célebre Tarabuco. Nos recibió el Consejo Municipal, constituído por muchos amigos ya conocidos en los Municipios Escuela, y nos concedió el honor de recibir la distinción de Huéspedes Ilustres del municipio (ver foto). Para mí, que no estoy acostumbrado a que se me reconozca nada a ese nivel, fue una sorpresa y una gran alegría.
Después de un picante mixto compartido con todos los funcionarios de la Alcaldía, nos dirigimos a ver los diferentes proyectos que se habían emprendido, especialmente en el campo productivo. Me llamaron la atención dos de ellos: el potencial turístico-arqueológico del cerro de Calle Calle y el telecentro de Zudáñez. El primero es una maravilla en bruto. Se llega al cerro por un camino escarpado y pedregoso. Son 30 minutos en auto. Allá arriba se puede observar el paisaje hermoso del valle chiquisaqueño (ver foto abajo) subido a unas enormes piedras llenas de cuevas donde supuestamente hay tesoros incaicos escondidos. Tras una observación muy superficial y con mis conocimientos básicos de arqueología, pude formular la teoría de que ahí existió un asentamiento precolombino y que, con un equipo de arqueólogos de verdad se podría desvelar sus secretos.
Partimos con 2 horas de retraso de lo que habíamos planeado, la hospitalidad local hizo que nos quedaramos a tomar un tecito y compartir un poco más en este municipio que se abre con iniciativas nuevas orientadas a la creación de trabajo y al mejoramiento de la calidad de vida de sus ciudadanos. Más allá del idioma, de la cultura, de la filiación partidaria... los objetivos siempre son los mismos y por ende los acuerdos son alcanzables. Hoy Zudáñez pasa a ser otro nuevo lugar familiar de esta mi (nuestra) casa llamada Bolivia.
próximo episodio: Potosí
Después de un picante mixto compartido con todos los funcionarios de la Alcaldía, nos dirigimos a ver los diferentes proyectos que se habían emprendido, especialmente en el campo productivo. Me llamaron la atención dos de ellos: el potencial turístico-arqueológico del cerro de Calle Calle y el telecentro de Zudáñez. El primero es una maravilla en bruto. Se llega al cerro por un camino escarpado y pedregoso. Son 30 minutos en auto. Allá arriba se puede observar el paisaje hermoso del valle chiquisaqueño (ver foto abajo) subido a unas enormes piedras llenas de cuevas donde supuestamente hay tesoros incaicos escondidos. Tras una observación muy superficial y con mis conocimientos básicos de arqueología, pude formular la teoría de que ahí existió un asentamiento precolombino y que, con un equipo de arqueólogos de verdad se podría desvelar sus secretos.
Partimos con 2 horas de retraso de lo que habíamos planeado, la hospitalidad local hizo que nos quedaramos a tomar un tecito y compartir un poco más en este municipio que se abre con iniciativas nuevas orientadas a la creación de trabajo y al mejoramiento de la calidad de vida de sus ciudadanos. Más allá del idioma, de la cultura, de la filiación partidaria... los objetivos siempre son los mismos y por ende los acuerdos son alcanzables. Hoy Zudáñez pasa a ser otro nuevo lugar familiar de esta mi (nuestra) casa llamada Bolivia.
4 comentarios:
Que lindo viaje el que tuviste y que alegría que hayas estado por Zudañez. Pero dime cuando vendrás a tocar en Sucre, sería un gustazo tenerte en esta ciudad. Saludos!
Uy...hay otra Pao!
Já, parece que más de 20, no?
Otra vez, Ronaldo, otra vez: qué envidia!
:)
Pucha qué antojo de Picante Surtido, así con mayúsculas, pero del chuquisaqueño, como el que preparaba mi abuela.
Muchos abrazos.
- Pao (de Sucre), quiero ir a tocar a Sucre con la banda y el disco en mano. Charlé con los de Radio La Bruja para que me colaboren con la difusión. Avisaré en breve.
- Pao (Khalo), sí... más de 20. Rozando 30 ya.
- Vania, muuuuuy bueno el picante. Me tumbó... no pude con él. Me sirvieron como si fuera cochala. Ja Ja Ja.
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